El diseño del área comercial de una empresa presenta
desafíos adicionales a las de cualquier otra área. El primer desafío es
comprender que se requiere de recurso humano calificado. En un estudio jurídico
contratarán abogados, una empresa de construcción contratará arquitectos, una
clínica contratará médicos, un estudio contable contratará contadores y así,
con todos los ejemplos que se les ocurran. Sin embargo, a la hora de diseñar el
área comercial, no siempre se piensa en contratar a un vendedor profesional.
En una organización, un equipo de ventas puede estar
conformado por administrativos con mucho conocimiento del producto o servicio,
por personal seleccionado por su simpatía natural, por contactos de conocidos
que garantizan la honestidad del individuo, etc. Es decir, no siempre se contratan
profesionales.
El criterio de selección es una decisión de la organización.
Si la empresa prioriza la honestidad, o la simpatía, o el conocimiento técnico,
simplemente está decidiendo un criterio de selección que le resulta básico, en
función de su experiencia, de sus limitaciones o de sus posibilidades. No hay
inconvenientes con esto, el problema surge cuando se entiende que a esa
fortaleza que han elegido priorizar no hace falta capacitarla profesionalmente. Esto es lo mismo que
decir: ‘el área comercial, el sector que proyectará los ingresos de mi empresa,
está conformada por vendedores muy simpáticos’. ¡Muy bien! Que un vendedor sea
empático, honesto y con un profundo conocimiento de lo que vende es lo
esperable – si se dan todas estas condiciones juntas -, pero la pregunta es:
‘¿Venden?’
¿Usted dejaría la responsabilidad de la construcción de un
edificio en manos de un médico? ¿Usted dejaría la responsabilidad de una
cirugía en manos de un contador? Por cierto que no, ¿verdad? Entonces, ¿por qué
deja la responsabilidad de la proyección comercial en manos de un individuo
simpático o de alguien incapaz de ‘meter la mano en la lata’ o de un técnico o
de un administrativo? Sí claro, planteado así es una obviedad más grande que
una casa, sin embargo, hay muchas empresas que lo hacen.
El área de atención del cliente también presenta desafíos
adicionales porque están absolutamente ligados al área comercial. No solamente
porque si la empresa no tiene clientes, no tendrá a quién atender, sino porque
la atención al cliente es una gestión de post-venta. En varias oportunidades he
escuchado decir: ‘¡Ya le vendí, ahora que no rompa!’ Si nuestra empresa
sobrevive a pesar de los clientes maltratados y esto no afecta la rentabilidad
de la misma, podría ser un camino posible a elegir, aunque generalmente esto no
es así. Necesitamos de los clientes para aumentar nuestra rentabilidad y el
área de atención al cliente se ocupará de retener aquello por lo que tanto
hemos luchado.
Sin embargo es otra de las áreas donde no se profesionaliza
al personal. Y aquí también los criterios de selección de las fortalezas de un
individuo serán elecciones de la organización. Para la contratación de una
recepcionista, algunos prefieren una señorita con una delantera bien dotada,
otros eligen individuos empáticos, habrá situaciones donde la experiencia
anterior será fundamental, etc. Más allá del orden de prioridades de la
organización, una vez que el personal ha sido contratado, tendrán que
capacitarlo, del mismo modo que a su grupo de ventas.
Insisto, son elecciones. Justamente por eso, cuando se
plantean inconvenientes por reclamos en el área de atención al cliente o baja
productividad del área comercial, con una mano en el corazón, lo primero que
deberíamos revisar son nuestras elecciones y en muchos casos también, nuestras
posibilidades estratégicas o jerárquicas. Una organización que esté dispuesta a
profesionalizar su recurso humano tendrá que estar preparada para brindar
soporte profesional también. Esto es, si usted contrata a un vendedor
profesional, prepárese para una serie de exigencias: definición de políticas
comerciales que faciliten su gestión, evaluación de la inversión necesaria para
dar soporte básico a la tarea comercial, diseño de promociones que sirvan como
herramienta de cierre, etc. Si no cuenta con un equipo directivo que responda
con efectividad a estos requerimientos, evaluando las necesidades de los
accionistas y de sus recursos para poder tomar buenas decisiones, confórmese
con administrar lo que hay, lo mejor que pueda.
Ahora, si usted decide hacer algo por modificar sus
resultados, profesionalice a sus vendedores y prepare a sus directivos para
brindarles asistencia. Un departamento comercial profesional se transformará en
su mejor aliado, ya que será una de las pocas áreas con las cuáles podrá
discutir mano a mano sobre la proyección rentable. En paralelo, profesionalice
su área de atención al cliente, porque las ventas crecerán y el entusiasmo por
la curva ascendente quedará empañado por el desborde en la gestión de
post-venta.
Apueste de entrada por un recurso humano cordial, empático y
profesional en todas las áreas, ya que todas son importantes dentro de la
organización, tanto para el contacto exterior con los clientes como para el
clima interno de la convivencia laboral. Invierta en capacitación lo antes
posible porque cuanto más lo demore la consecuencia podría llegar hasta el
límite de ‘no poder hacerlo’ por falta de presupuesto o porque para modificar
resultados tendrá que reemplazar al menos a la mitad del plantel. ¿No pensó
alguna vez en despedir a un empleado y la decisión quedó anulada cuando su
contador le presentó los números de la indemnización? Seguramente le ocurrió
más de una vez, bueno… precisamente de esto es de lo que estoy hablando.
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